lunes, 2 de noviembre de 2009

2.3 LA AUTOESTIMA: La olla que nadie vigila

Un día, hace muchos años, había una familia en un consultorio tratando de encontrar palabras para comunicarse lo que sentían unos por otros; muy pronto los miembros de la familia comenzaron a hablar de sus ´´ollas`` individuales, las cuales podían contener sentimientos de valía o culpa, de vergüenza o inutilidad. Después me dijeron que esta metáfora les resulto muy provechosa.
En poco tiempo, este término sirvió a muchas familias a expresar los sentimientos que no podían manifestar. Un padre decía: ``Mi olla esta llena hoy´´, y el resto de la familia sabia que se sentía superior a cualquier cosa, pleno de energía y de buen humor, seguro de su importancia. O tal vez un hijo decía: ´´Me siento con la olla vacía``, y esto comunicaba a los demás que tenia sensación de ser insignificante, que estaba fatigado, aburrido o lastimado, que no era digno de ser amado; que tenia que aceptar lo que recibía sin quejarse.
Olla es una palabra muy simple en ese sentido, un termino casi ridículo. Muchas de las palabras profesionales que la gente utiliza para hablar de su autoestima tienen sonido estéril y carecen de imágenes vivas. A menudo las familias pueden expresarse con mayor facilidad en términos de olla, y comprender a los miembros que desean comunicarse de esta manera; de repente se sentía más a gusto, liberados de nuestro tabú cultural que nos impide hablar de los sentimientos.

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